Y al final, no se quien soy!

Por: Gisell Rubiera Vargas


Todos los días le invade la monotonía
Llena sus espacios
Y le quiere segar
Ocultándole cuantos caminos existen
Pero se resiste
Y aparecen los desacuerdos
Las inconformidades
Que le es tan difícil todos los días
Escuchar en el tímpano de su oído
Como una campana
Que quiere violentar su tranquilidad
Atontándole
Y haciéndo que su mente se bloquee
Y se anticipe a los hechos,
Que se predisponga
A cada síntoma de la campana
Y que cuando suene una corneta crea que es campana que vendrá esta vez arrolladora y menos comprensible que nunca, porque así lo ha amenazado

Y ahí es que viene lo peor

Porque un día se sienta a pensar y ni siquiera sabe que decidir, si continuar luchando en contra de la marea o nadando como el camarón

Es difícil por que
No sabe cuando eso terminara
O si continuara
Si es por un momento
O si es para toda la vida
Por ende no sabe qué decisión tomar
O quizás es su cobardía que no le permite enfrentar los hechos y quiere huir sin arriesgar antes
O sin darlo todo
Más de lo que se ha dado

De lo único que tiene deseos de de dormir y dormir
Porque ahí esta inocente,
En total silencio a nadie le molesta lo que diga, o deje de decir
Nadie sabrá lo que piensa
No existen los errores
La vida es todo un sueño
donde puede suceder hasta lo imposible
Ahí puede tener lo que más desea, lo que les ha quitado el tiempo, lo que le deprime en forma y expresión artística
Lo que muchas veces le ha quitado el aliento, poder ver el
Fruto de un vientre aun incierto en insatisfecho.